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jueves, 12 de agosto de 2010


ஐ Cuando se trata de un a m o r completo, no amamos con un solo amor, sino con tres amores: el Eros (pasión, deseo), la Philia (amistad, alegría) y el Ágape (ternura, compasión). Hacer el amor con la mejor amiga o amigo y con ternura: eso sería el amor total. Un contubernio de tres afectos enredados en un "yo" que intenta abordar a otro "yo": te deseo, me alegra que existas, tu dolor me duele.

El a m o r siempre crece hacia afuera. Ésa es su historia. Primero es egocéntrico (en primer lugar, yo, y ahí es donde se siente el deseo); después hace contacto con el otro (tú y yo, nace la amistad); y, finalmente, se descentra (primero tú, la expresión de la compasión).

El Ágape, la etapa final del amor, nada tiene que ver con la sumisión, el miedo o la inseguridad, sino con una entrega digna y sincera. Dar generosamente, congratulación de la existencia ajena.

El Ágape implica renunciar a toda forma de prepotencia. Es el acto por el cual decidimos retirarnos un poco para no aplastar al ser querido, como cuando cargamos un niño recién nacido y nuestro organismo automáticamente se debilita, se contrae para inhibir la brusquedad natural que lo caracteriza y no lastimar al bebé.

El escritor italiano Cesare Pavese lo explica hermosamente: "Serás amado el día en que puedas mostrar tu debilidad sin que el otro la utilice para afirmar su fuerza". El amor exige esto mismo: abandonar la omnipotencia, el dominio, la autoridad, rendirse ante la debilidad del prójimo.

No se trata de "perseverar en el Ser" indiscriminadamente, de ser más de lo que soy, sino de ser menos. ¿Cuánto? Lo necesario para no dañar al amado. No invadirlo, no ocuparlo, no violentarlo.
La filósofa Simone Weil decía que lo opuesto al amor es la violencia. Coincido, pero entro por otra puerta: lo opuesto a la violencia es la d u l z u r a. No lastimar, no ofender, dejar Ser.
Se trata de la ética del a m o r que nace sin demasiado esfuerzo. Hay una renuncia del sí mismo que dignifica, hay momentos en que el "yo" sobra y es cuando tú me necesitas.
¿Cómo amar a quien se lastima intencionalmente, cómo herir a la persona que en verdad se ama y quedar impávido?
Nada justifica la ausencia de Ágape, nada disculpa su olvido.
Estar pendiente de que mi ego no te devore, de eso se trata, de cuidarte, de que nunca me sea indiferente tu sufrimiento.
Ágape es el a m o r generoso y des-interesado. ஐ

Para Osho: El amor más menudo, pequeño se llama sexo; es físico... y la forma más refinada del amor es la compasión. El sexo está por debajo del amor; la compasión está por encima del amor. El amor se encuentra justamente en medio.Hay poca gente que sabe lo que es el amor.

El 99% de la gente piensa que la sexualidad es amor. No lo es. La sexualidad es muy animal, tiene ciertamente el potencial de convertirse en amor, pero no es un amor realmente, sólo una potencia. Si te vuelves atento y consciente, meditativo, entonces el sexo puede transformarse en amor. Y si tu estado meditativo se vuelve total, absoluto, el amor puede transformarse en compasión.

El sexo es la semilla, el amor es la flor, la compasión es la fragancia. Buda ha definido la compasión como "amor más meditación".

Cuando tu amor no es únicamente deseo por el otro, cuando tu amor no es únicamente una necesidad, cuando tu amor es un compartir, cuando tu amor no es el de un mendigo sino el de un emperador, cuando tu amor no pide nada a cambio sino que está dispuesto a dar, a dar por el simple gozo de dar, entonces añádele meditación y se liberará una fragancia pura. Esto es compasión; la compasión es el fenómeno más elevado.